La Intervención Funcional es un plan de acción que se desarrolla tomando en consideración la información obtenida por la Evaluación Funcional. El término (funcional) enfatiza que la intervención se enfocara en el propósito que el niño logra al emitir la conducta inapropiada. El meta general de la intervención es hacer que el niño logre obtener la misma función (propósito) que obtenía al emitir la conducta inapropiada pero ahora que la obtenga al emitir conductas apropiadas. La intervención también debe de reducir o eliminar en reforzamiento que el niño pueda obtener al emitir la conducta inapropiada. Por ejemplo: El niño puede recibir atención de la maestra al levantar su mano y esperar a ser llamado pero al mismo tiempo eliminar la atención que pueda recibir cuando responde fuera de turno.
Intervenciones, particularmente las diseñadas por personas que no son analistas de la conducta, tienden a usar estrategias de castigo sin considerar el propósito que la conducta este sirviendo para el niño. Es también común que la intervención se concrete en manipular las consecuencias que se le dará a la conducta inapropiada y pasar por alto situaciones en el aula que pueden estar promoviendo la conducta inapropiada. La investigación a demostrado que alunas estrategias comúnmente usadas en las aulas hoy en día pueden estar inadvertidamente promoviendo las conductas inapropiadas de los estudiantes.
Los planes de intervención conductual son normalmente buscados por las escuelas cuando la conducta del estudiante ya es severa. La metodología conductual es muy potente y puede efectivamente resolver problemas severos pero funciona magníficamente cuando se utiliza de forma preventivamente. Toma muchísimo mas esfuerzo resolver un problema severo que ya está bien establecido que lo que toma prevenirlo o solucionarlo cuando ocurre inicialmente en forma leve.