Evaluación Funcional es un procedimiento que se usa para identificar los factores que están manteniendo conducta inapropiada de un estudiante. La Evaluación Funcional fue desarrollada por Analistas de la conducta y se elabora bajo la supuesta que la conducta inapropiada esta sirviendo una función o propósito para el niño. Por ejemplo: El estudiante puede estar evitando hacer el trabajo al presentar un berrinche o puede estar obteniendo atención de la maestra al hablar fuera de turno. La Evaluación Funcional se utiliza para desarrollar un Plan de Intervención Conductual basado en las funciones (propósitos) que se identificaron.

La Evaluación Funcional es requerida por el reglamento que regula los servicios de educación especial (IDEA) bajo una variedad de circunstancias en las cuales la conducta del niño impida su aprendizaje o el de otros estudiantes. Una Evaluación Funcional también puede ser requerida como media preventiva si el equipo a cargo del plan educativo (IEP) así lo determina. Desafortunadamente, los padres y las escuelas solo buscan una Evaluación Funcional cuando la conducta del estudiante ya es severa. El uso preventivo de la Evaluación Funcional y la intervención temprana son congruentes con el enfoque ecológico de la Ciencia de la Conducta.

Aunque la Evaluación Funcional se considera un proceso elaborado, hacer una versión simplificada debería de ser una habilidad de todo maestro.   La habilidad para poder determinar el propósito de cierta conducta, prepara al maestro/a para implementar efectivamente las recomendaciones en un Plan Conductual de Intervención y también le permite responder rápidamente y apropiadamente a la variedad de conductas que presenta el estudiente durante el día escolar.